Evolución del concepto y la significación social del Patrimonio Cultural

By Sebas Q
  • 324 BCE

    El Coleccionismo de Objetos como Primera Forma de Valoración del Pratrimonio

    Durante la Antigüedad la noción de patrimonio tiene el significado unívoco de riqueza personal.
    Los mecanismos de consecución de elementos patrimoniales fueron muy variados, pero las campañas bélicas se convirtieron en la fórmula más eficaz para apropiarse de objetos preciosos. En esta época patrimonio es sinónimo de posesión, y su valor se mide esencialmente en términos dinerarios.
    El aspecto estético era frecuentemente menospreciado.
  • 323 BCE

    Almacenamiento de los Tesoros de Modo Diferente

    Los reyes de la dinastía Atálida de Pérgamo fueron los primeros que se plantearon el almacenamiento de sus tesoros de un modo diferente, concibieron la acumulación de objetos en virtud de su valor artístico intrínseco, colecciones cuidadosamente seleccionadas y ordenadas, en las que hasta los objetos cotidianos fueron estimados desde una perspectiva esencialmente estética, y a veces también antropológica.
  • 30 BCE

    Época Helenística

    Se planteó la posibilidad de utilizar ciertos edificios para exponer públicamente ciertos objetos, así el arte salió de las oscuras cámaras de tesoros para acercarse al pueblo llano, posibilitando en cierto grado una cultura de consumo de masas.
  • 476

    Edad Media

    El mundo grecorromano continuó siendo el modelo de referencia cultural a lo largo de la Edad Media, porque no fue percibido con la suficiente distancia histórica. La asimilación por el cristianismo de elementos culturales clásicos servía de enlace entre el presente y el pasado, esta vinculación se puso de manifiesto especialmente en Roma.
    La Iglesia se convirtió en uno de los mayores coleccionistas de objetos antiguos.
  • 1453

    "Cámaras de las Maravillas"

    La moda se extendió también a las clases privilegiadas y empezaron a hacerse relativamente frecuentes las denominadas Cámaras de las Maravillas, que almacenaban rarezas y cosas preciosas en las zonas más inaccesibles de los castillos y palacios.
    La del rey Carlos V de Francia era una de las colecciones de maravillas más renombradas del final de la Edad Media.
  • Especialización Artística del Coleccionismo

    Se produjo en el Renacimiento, reorientándose hacia el mecenazgo y adquisición de pinturas y esculturas. Lo más significativo de esta afición fue el cambio de mentalidad que se fue gestando en el proceso de valoración de los objetos patrimoniales.
    Los monumentos del pasado empezaron a ser apreciados como testimonios de la Historia.
  • Edad Moderna

    En todas las sociedades, los poderosos han creado instituciones encargadas de controlar la función social de las artes a través del mecenazgo, la educación y la censura.
    El papel de las academias durante la Edad Moderna fue muy determinante para la protección, estudio, catalogación y difusión pedagógica de los monumentos grecorromanos, por su estimación como modelos estéticos. Esta limitación del concepto de patrimonio, se mantuvo en toda Europa, hasta la llegada de la Edad Contemporánea.
  • La Progresiva Valoración de los Monumentos como Símbolos de la Identidad Sociocultural

    El Siglo de las Luces culminó un proceso de secularización y universalización de la cultura que facilitó la mirada crítica hacia el pasado histórico artístico, cuyos testimonios comenzaron, además, a ser protegidos por leyes más específicas. Las tertulias organizadas por estos grupos de élite sirvieron para favorecer una creciente valoración del patrimonio histórico, que en el siglo XIX empezaría a ser objeto de atención también para la burguesía liberal.
  • Finales del Siglo XVIII - Principios del XIX

    Una de las instituciones características de este concepto elitista de la cultura, que mejor representó el cambio hacia una mayor proyección social, fue seguramente el museo, los cuales dejaron de ser simples almacenes de obras de arte, antigüedades y objetos curiosos, de difícil acceso, para mostrarse como un verdadero templo cultural, indicador de la riqueza patrimonial de un país.
  • Revolución Francesa

    Los museos fueron abriéndose al público. El gran paso se produjo durante la Revolución Francesa, cuando fueron entregadas al Estado democrático los tesoros artísticos de la Iglesia, la monarquía y la aristocracia, lo que convirtió al Louvre en el primer museo nacional de Europa, en 1793.
  • Nueva Valoración del Patrimonio Histórico

    La Revolución Francesa trajo consigo una nueva valoración del patrimonio histórico, como conjunto de bienes culturales de carácter público,
    Esto provocó un importante cambio de actitud hacia las obras de arte en toda Europa: se pasó del coleccionismo de antigüedades realizado de manera egoísta y lucrativa por unos pocos eruditos, a la nacionalización de tales objetos con el fin de ponerlos al servicio de la colectividad.
  • Valores de Contemporaneidad

    La aprobación de los valores de contemporaneidad fue paralela a una tolerancia creciente hacia manifestaciones culturales y estilos artísticos alejados de los cánones tradicionales en Europa.
  • Romanticismo

    El Romanticismo logró por fin establecer una vinculación emocional entre las personas y su pasado histórico artístico, como base del espíritu nacional de los pueblos.
    Muchos filósofos e historiadores del siglo XIX coincidieron en afirmar que la identidad cultural de los pueblos se configuraba gracias a la concurrencia de una serie de expresiones colectivas, de carácter anónimo pero compartidas por todos, que sirven de base a un determinado folklore.
  • Desplazamiento del Clasicismo

    El clasicismo fue desplazado como criterio estético dominante, y el ideal del nuevo arte se inspiró en la imitación fidedigna del pasado medieval.
    De esta forma, en muchas zonas de Europa el absolutismo clasicista precedente fue sistemáticamente sustituido por el nuevo despotismo del gótico.
  • Aprobación de los Valores de Contemporaneidad

    Fue paralela a una tolerancia creciente hacia manifestaciones culturales y estilos artísticos alejados de los cánones tradicionales en Europa.
    Gracias a ello fue comúnmente aceptado el valor relativo de los bienes culturales, y se abrió la posibilidad de considerar como tales las creaciones contemporáneas y las expresiones folklóricas, etnográficas o de otro tipo, que no son específicamente artísticas pero que pueden adquirir una significación importante para la sociedad.
  • Edad Contemporánea

    Un rasgo claramente distintivo de la Edad Contemporánea fue el creciente interés de los Estados nacionales por organizar diversas estrategias de gestión de las políticas culturales. El objetivo último de facilitar un mayor acceso a la cultura para todos los sectores de la población, incrementar los niveles educativos de la civilización, y promover la identificación social con determinados valores
  • Concepción de Cultura

    La concepción de cultura con sentido fundamentalmente estético, y sólo accesible para unos pocos, se mantuvo sin variaciones durante el siglo XIX. Ni siquiera los movimientos de Educación Popular surgidos en esta época lograron modificar esta forma de ver la cultura. La Educación Popular fue una estrategia de la Iglesia y los dirigentes políticos, consistente en paliar las deficiencias educativas de los sectores sociales más desfavorecidos, que por entonces era la inmensa mayoría de personas.
  • Siglo XX

    La extensión de los niveles educativos más elementales a la mayoría de las capas de la sociedad, trajo consigo una mayor implicación de las gentes en los temas culturales. Este esfuerzo educativo empezó a dar algunos frutos en las primeras décadas del siglo XX.
  • La Aparición de la Cultura de Masas y el Desarrollo de nuevas ideas sobre los Bienes Culturales

    El alto grado de destrucción y expolio que alcanzó el patrimonio artístico al término de la Segunda Guerra Mundial provocó la urgente necesidad de su reconstrucción, la cual se desarrolló con una participación cada vez mayor de todos los sectores sociales.
  • Convención de La Haya

    En 1954 la Convención de La Haya, la UNESCO empleó por primera vez la expresión "bienes culturales", con la intención de otorgar una visión más amplia y actualizada al concepto de patrimonio histórico artístico, incluyendo en esa categoría tanto los bienes muebles e inmuebles de gran importancia cultural, como los edificios cuyo destino sea conservar o exponer esos bienes muebles, y los centros monumentales que comprenden un número considerable de los elementos anteriores.
  • Desarrollo de una Potente Gestión Cultural

    La inoperancia de una cultura elitista accesible sólo para unos pocos, hacía necesario emprender desde la acción política vastos proyectos de difusión o "democratización de la cultura", que pusieran el patrimonio al alcance del mayor número posible de personas.
    Consecuencia de este impulso democratizador ha sido el desarrollo de una potente gestión cultural, tanto pública como privada, que ha convertido a las masas de ciudadanos en espectadores y consumidores.
  • Gestión Cultural

    En esta línea se han desarrollado diversas estrategias comerciales tanto en museos y monumentos como en otros espacios culturales, destinadas a ofertar servicios de manera atractiva, aplicando descuentos, proponiendo abonos, liberalizando tickets de acceso, etc. Este consumo masificado ha tenido como consecuencia una innegable difusión del conocimiento sobre el patrimonio, que en muchas ocasiones ha estado unido a una actitud de valoración y preocupación hacia el mismo.
  • Relación Sostenible

    La necesidad de plantear una relación sostenible, desde una perspectiva más ética y educativa, entre la población y el patrimonio cultural, es lo que ha llevado a cuestionarse cuál debería ser la forma de interacción más idónea entre ambas partes. Así surgió a finales de la década de 1970 la noción de "democracia cultural", que pretende convertir la cultura en un ámbito de desarrollo personal y de participación social.
  • Conducta de la Sociedad Civil

    La conducta de la sociedad civil será siempre de enorme trascendencia en relación a la conservación de los bienes culturales y, tanto para bien como para mal, de mayor impacto que el papel desempeñado por las instituciones gubernamentales.
    Aquí el patrimonio es visto como un elemento esencial para la emancipación intelectual, el desarrollo cultural y la mejora de la calidad de vida de las personas. Se empieza a considerar su potencial socioeducativo y económico, además de su valor cultural.
  • Actualidad

    La preocupación por conservar el patrimonio cultural es un hecho cotidiano que atañe a los comportamientos habituales de todos los ciudadanos, y su correcta transmisión a las generaciones venideras es una decisión que sólo puede partir de un ejercicio de concienciación social.
    Actualmente, el patrimonio es visto como la riqueza colectiva de importancia crucial para la democracia cultural.