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En Atenas, se establece la democracia directa, donde los ciudadanos participaban activamente en la toma de decisiones en la asamblea (Ekklesia). Solo los ciudadanos varones libres, nacidos de padres atenienses, podían votar.
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Durante este conflicto, el sistema democrático de Atenas enfrenta amenazas internas y externas. La democracia sufre altibajos y cambia de régimen varias veces.
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Aunque el Imperio Romano no es una democracia, influye en el pensamiento político occidental y establece la base de futuras ideas sobre ciudadanía y gobierno.
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Aunque no una democracia directa, la Carta Magna limita el poder del rey y establece principios sobre los derechos de los individuos, sentando las bases para futuros movimientos democráticos.
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La Revolución Gloriosa establece una monarquía constitucional en Inglaterra, un paso hacia la representación popular y la limitación del poder del monarca.
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Rousseau defiende que la soberanía reside en el pueblo y no en el monarca. Su idea de la “voluntad general” inspira las revoluciones liberales y alimenta el concepto moderno de democracia representativa.
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Los Estados Unidos adoptan un sistema republicano con principios democráticos, basados en la representación popular.
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La Revolución Francesa marca un punto de inflexión, promoviendo la idea de los derechos universales del hombre, la soberanía popular y la abolición de las monarquías absolutas. Se adoptan principios democráticos como la libertad, igualdad y fraternidad.
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A lo largo del siglo XIX, la democracia representativa se expande. Se da el derecho al voto a más sectores de la sociedad, incluyendo a hombres no propietarios y, hacia finales de siglo, a las mujeres.
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Un periodo de rebeliones y movimientos en todo el continente europeo que buscan un gobierno más democrático y representativo.
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Adoptada por las Naciones Unidas, establece los derechos fundamentales que todos los individuos deben tener, independientemente de su nacionalidad, género o religión. Es un pilar para los sistemas democráticos modernos.
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La caída del Muro de Berlín simboliza el fin de los regímenes totalitarios en Europa del Este y la expansión de los sistemas democráticos en el continente.