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Se inicia la domesticación de plantas y animales, lo que lleva a una mayor diversificación de la dieta humana, incluyendo granos, lácteos y carnes cocidas.
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Los homínidos primitivos consumían una dieta principalmente compuesta por frutas, vegetales, frutos secos y carne cruda.
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Se cultiva el arroz en China y se domestica el maíz en América, lo que se convierte en alimentos básicos en esas regiones.
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Los homínidos primitivos consumían una dieta principalmente compuesta por frutas, vegetales, frutos secos y carne cruda.
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Se introducen especias y condimentos en la alimentación humana, enriqueciendo los sabores y permitiendo preservar los alimentos por más tiempo.
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Se produce el intercambio colombino, que lleva a la introducción de alimentos como patatas, tomates, pimientos y maíz en Europa y África.
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Se desarrollan métodos de conservación de alimentos, como la lata y la refrigeración, lo que permite una mayor diversidad en la dieta y un acceso a alimentos fuera de temporada.
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Con la industrialización de la alimentación, se produce una mayor disponibilidad de alimentos procesados y comida rápida, lo que transforma los hábitos alimenticios y contribuye a un aumento de la obesidad y las enfermedades relacionadas con la dieta
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Se incrementa el interés por la alimentación saludable, sostenible y ética, lo que lleva a un resurgimiento de la cocina tradicional, la agricultura orgánica y el movimiento de alimentos locales.