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3.5 millones- 3500 aC
La proporción de macronutrimentos de la dieta paleolítica reconstruida es interesante: 37% de la energía derivada de proteínas, 41% de carbohidratos y 22% de grasas, con una relación de grasas poliinsaturadas/saturadas favorable (1.4) y un contenido de colesterol bajo. -
PALEOLITICO
Homo habilis: Alimentación basada en frutas, verduras, raíces, semillas y nueces
Los Vegetales constituían entre 87 y 99%, con cantidades moderadas o pequeñas de proteínas de origen animal
Se produjeron cambios de la dentición y de la mecánica de la masticación -
PALEOLITICO. Homo erectus: Ingestión de carroña.
Estos cambios implicaron, también, la selección de rasgos como la multiplicación de glándulas sudoríparas y el desarrollo de un color de piel más eficiente para la síntesis de vitamina D.
Dieta energética no dependiente de plantas permitió el desarrollo de cerebros más grandes a expensas del acortamiento del tubo digestivo. -
NEOLITICO: Cro-Magnon: Cacería de grandes animales aumentó.
Se estima que en estas épocas la carne probablemente proveía cerca de 50% de la dieta. -
NEOLITICO: El uso de sal procede de China
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NEOLITICO. Consumo de lácteos,
Se conocían vacas domesticadas, y en esta misma época ya existían el cerdo y las ovejas, que fueron traídas a España por los fenicios -
La agricultura reemplazo a la recolección de los frutos de forma gradual, y con esto a la domesticación de las plantas. Después con el aumento de cantidad de los grandes animales, el hombre comienza a domesticar vacas, cerdos, cabras, dando origen a la ganadería.
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El queso se conocía ya en el año 3.000 ac', y en Europa fue introducido por los árabes.
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El control del proceso y la producción de vino en cantidades significativas tuvo lugar en el lapso de -800 a 1 300 años AD
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Ciclos productivos agricolas.
Escasa variedad de alimentos.
Ciclos con sequias-hambrunas -
Uso frecuente de mantequilla que en las recetas del "Viander de Taillevent I', en el siglo XIV, aparece en un 1,4%, a finales del XV en un 7,6% de las recetas, en el siglo XVI en un 33% y en los dos siglos siguientes nos la encontramos en un 35 a un 60% de las recetas.
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Aparición de azúcar en el siglo XV, el consumo de azúcares aumenta a partir de la industrialización de la caña de azúcar, sobre todo en el siglo XVI en el que nos la encontramos en un tercio de las recetas.
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Los pobres comían cebada, avena y centeno.
El trigo era para las clases gobernantes.
Las habas y las verduras eran complementos importantes en la dieta basada en cereales de las clases inferiores.
La carne de caza era común solo en las mesas de la nobleza. Las carnes de carnicero más frecuentes eran la de cerdo, pollo y otras aves domésticas; la carne de res era menos común, porque requería una mayor inversión en tierra. -
A partir del siglo XVI, la historia de la alimentación de la humanidad tiene un amplio catálogo de especies conocidas y bien aceptadas, que permiten proporcionar una dieta variada y de gran valor nutritivo.
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Después del descubrimiento de América se incorporó el maíz.
Las primeras formas de consumo de los cereales fueron tortas y atoles. -
En la Europa del siglo XVII se vivieron momentos de crisis alimentarias muy graves. La alimentación de la mayoría de la población se reducía a sopa de hierbas, sucedáneos de pan, guisantes, castañas, aceitunas, raíces y frutas en las regiones donde las condiciones climáticas y el terreno lo permitían
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La ingesta calórica ha aumentado en los últimos años, no por cantidad de alimentos consumidos sino por el tipo de nutriente del que obtenemos gran parte de la energía diaria y en su mayoría por los inadecuados hábitos de alimentacion.
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En 1795 se abre el primer restaurant de comida en París.
El padre de la gastronomia es Boulanger. -
En Europa, hasta bien entrado el siglo XIX, el consumo de carne era considerado como indicador de diferenciación social, incluso penetrando en el hogar, siendo el “jefe de familia” el que consumía mayores cantidades de carne y los mejores cortes, siguiendo la idea de que la carne fortalece al trabajador.
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Inicia consumo de aceites vegetales, con excepción del aceite de oliva
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En 1991 se observó una penetración de platos precocinados y congelados en la cocina de los hogares que superaba un 36%.
A finales de siglo XX se observa principalemente en Estados Unidos y Europa, el aumento de forma sustancial de la frecuencia de comidas fuera del hogar
