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Se tocó con una chica del pueblo, muy mal vestida.
Ella tenía una vida de pobreza y vendía billetes de lotería para ganar dinero.
Él compró un décimo de billete de lotería. -
Ella tenía un acento del pueblo de Madrid.
Ella dijo que el billete de lotería se llevaría la suerte.
El protagonista metía el décimo en el bolsillo de sobretodo.
Se subía el cuello para protegerse del frío de diciembre. -
Ella dijo que es un número con suerte.
Diez y seis años eran su edad, y veinte eran los días del mes que tenía sobre los años. -
Una alegría loca se pintó en los ojos negro de la chica.
Ella tenía mucho fe en el décimo y el hombre que lo compró.
Ella quiso que tener el nombre y las señas de su casa. -
El protagonista le dio su nombre y sus señas.
No le dio mucha importancia al evento.
Después de diez minutos, no recordaba el incidente. -
El protagonista estaba en cama cuando oyó gritar de la lista de la lotería.
Su criado la compró y le trajo.
El protaganista estaba muy sorprendido, porque el número del premio gordo era 1.620.
Él creyó que estaba soñando.
Se sentía dominado por la emoción, y no podía hablar o mover.
Se sentía que la chica había sido su mascota, y se resolvió a dividir el premio con ella. -
Había guardado en el bolsillo exterior del sobretodo.
El sobretodo estaba en el armario.
Pero el décimo no estaba allí. -
Había sacudido el sobretodo por la ventana.
Pero, no había visto caer nada de los bolsillos. Se desesperó.
Usaba una vela, buscó en los rincones, rompó armarios, y examinó el cesto de los papeles viejos.
No encontró nada. -
Había tendido sobre la cama para ver si el sueño se ayudaba a olvidarlo todo.
Sonó el timbre, y la chica entró su casa.
Ella se arrojó en sus brazos y gritó con lágrimas en los ojos.
Ella estaba emocionada que ellos habían ganado el premio. -
Había perdido el billete.
En los ojos de la pobre chica, temía ver brillar la duda y la desconfianza.
Pero la chica alzó sus ojos, le miró con honda ternura, se encogió sus hombros y dijo que “no nacimos para ser ricos“. -
Pero en cambio, había hallado a la muchacha del pueblo.
Protegía y educaba a la chica.
Después de unos años, ellos se casaron.
Hallaban más felicidad que se podría comprar con los millones del décimo.