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De acuerdo con Hebb (1949), a los dos primeros años de vida, el cerebro del niño presenta un desarrollo importante de vías de asociación cortical que coincide con un amplio desarrollo sensoriomotor y con el establecimiento de bases para la adquisición de habilidades cognitivas más complejas. Sin embargo, el desarrollo de conexiones sinápticas es particularmente evidente después
de los tres años, cuando el niño adquiere una mayor capacidad de análisis visoperceptual. -
Después de aproximadamente 280 días de gestación ocurre el nacimiento y se inicia el periodo posnatal. El funcionamiento del SN del recién nacido, es usualmente evaluado por el pediatra mediante la escala que ideó Virginia Apgar en 1952- Test de Apgar.
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La adquisición del lenguaje es un proceso lento que se hace evidente cuando el bebé inicia su interacción con el adulto a escasos meses de vida. Generalmente se observa un desarrollo paralelo entre el lenguaje y el comportamiento motor, aun cuando para algunos autores (Lenneberg, 1967) el desarrollo del lenguaje es independiente del desarrollo motor. Muestra de ello es el hecho que niños con dificultades motoras severas logran desarrollar un lenguaje alternativo.
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Las neuronas continúan su proceso de mielinización que se extiende durante la segunda infancia (entre los 6 y los 12 años aproximadamente), la adolescencia (periodo comprendido entre los 12 y los 18 años), que se extiende a la adultez temprana y se correlaciona con el desarrollo de funciones cognitivas cada vez más complejas (Dodge y cols., 1975).
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El inicio de la primera infancia, etapa comprendida entre el segundo mes y el sexto año de vida, se caracteriza por una mayor elaboración de las conductas sensoriales perceptuales y motoras (Bower, 1977).
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Durante el primer año de vida, la plasticidad cerebral es máxima; el cerebro se modifica y moldea fácilmente. Esta flexibilidad es crucial para el desarrollo normal; con la edad y con la estimulación ambiental los sistemas nerviosos se van estabilizando y alcanzando su funcionamiento programado y la plasticidad cerebral va disminuyendo, pero no desaparece totalmente: durante
toda la vida se mantiene algún nivel de moldeamiento funcional cerebral (Lerner, 1984; Stiles, 2000). -
El desarrollo de una mayor capacidad para inhibir proactiva y retroactivamente se presenta entre los 6 y 8 años, y alcanza su máximo desarrollo hacia los 12 años de edad (Passler y cols., 1985). Este proceso de maduración coincide con la aparición gradual de conexiones neuronales en los lóbulos frontales ( Anderson y cols., 2001;Nagy y cols., 2004; Powell y Voeller, 2004)
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El bebé de 4M de edad tiene conocimiento de la permanencia del objeto. A los 8-9 M es capaz de utilizar este conocimiento para guiar su conducta basándose en información de alcanzar una meta, a esta edad la conducta de los niños es aún muy controlada por estímulos externos. A los 2 años, la capacidad para controlar la conducta con base en información previa, memoria operativa, alcanza su máximo desarrollo; y a esta edad el niño adquiere mayor capacidad inhibitoria de los estímulos externos.
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El desarrollo cortical, engrosamiento y formación de conexiones, no parece seguir un paso uniforme sino que se presenta por ráfagas. Estos periodos de enriquecimiento sináptico se han observado entre los 3 y 4 años, 6 y 8 años,10 y 12 años, y 14 y 16 años.
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Después de los 10 años de edad parece producirse la lateralización de la discriminación de los caracteres Braille, de algunos patrones espaciales y de la lectura de mapas (Witelson y Swallow, 1988).
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A medida que el niño crece, mayores estrategias
de mediación incrementan la capacidad de memoria (Rosenfield, 1988) -
Los principales sucesos en la embriogénesis del Sistema Nervioso Central, desde la formación de la placa neural el día 18 de la gestación, hasta la aparición de los ventrículos cerebrales al tercer mes, cuando comienza el periodo fetal (Majovski, 1989).
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El proceso de maduración cerebral depende de la organización y diferenciación celular caracterizados por el crecimiento axonal y dendrítico, la sinaptogénesis, la muerte axonal y celular, este proceso termina iniciada la adultez. (Kolb y Fantie, 1989).
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A los 3M el niño dirige la mano hacia los objetos, a los 8M desarrolla prensión manual, es capaz de tomar los objetos utilizando independientemente el pulgar y el índice. Con el desarrollo de las habilidades motoras, el niño de 6M ya es capaz de explorar los objetos que se colocan en su mano cambiando a la otra, a los 18M van a demostrar una apropiada organización espacial y precisión motora. Las habilidades motoras más complejas, se desarrollan en forma paralela a la mielinización cerebral.
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Estrategias de autocontrol y automonitoreo tales como tratar de mejorar la ejecución en una tarea particular, o tener conocimiento de la capacidad que se posee para desarrollar dicha tarea, inicia hacia los 4 años de edad y alcanza su máxima representación entre los 6 y 8 años.
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Diferencias cognitivas y del comportamiento han sido halladas entre niños y niñas; estas diferencias suelen referirse a las habilidades verbales y espaciales (Ray y cols., 1981). Las niñas en general
tienden a presentar puntajes más altos que los niños en pruebas de habilidad verbal y los niños se desempeñan mejor que las niñas en pruebas de habilidades espaciales y en matemáticas. La superioridad de los niños en habilidades espaciales se da entre los siete años y la adolescencia (Kirk, 1992) -
La evaluación neuropsicológica infantil identifica variables biológicas y psicosociales, ya que el desarrollo de las funciones PS está relacionado tanto con el desarrollo madurativo del cerebro, como con la educación, la estimulación, etc. de aprendizaje.
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Se observa un importante incremento en la capacidad de respuesta del niño a los estímulos del medio ambiente. Estos cambios comportamentales se correlacionan con un mayor desarrollo de conexiones entre las áreas cerebrales principalmente entre las áreas de asociación (Spreen y cols., 1995).
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El incremento en la capacidad de memoria que se observa con la edad está probablemente más relacionado con el cambio de estrategias, metamemoria, que con el incremento del
volumen de memoria (Spreen, 1995). Con el desarrollo cerebral no se incrementa la capacidad de almacenamiento de cada
neurona sino que probablemente se produce un incremento en el número de neuronas que participan en el proceso de memorización. -
Piaget postula cuatro etapas en el desarrollo cognitivo del niño, sensoriomotriz: desde el nacimiento hasta los 2 años, el pensamiento es sinónimo de las acciones del niño sobre los objetos. Preoperacional: entre los 2 y 7 años, el pensamiento del niño es intuitivo y carece de reversibilidad. Operaciones concretas y operaciones formales: la de las operaciones concretas: de los 7 a 11 años, es cuando se desarrolla la constancia de las relaciones cuantitativas y la capacidad de clasificación.
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Aprende a clasificar los objetos dentro de categorías concretas. La etapa de las operaciones formales se extiende entre los 11 y 15 años. El razonamiento hipotético-deductivo caracteriza esta etapa.
El pensamiento maneja símbolos y no requiere de los objetos reales presentes. Las leyes del pensamiento lógico se desarrollan en esta etapa. -
La eficiencia del procesamiento de información parece igualmente cambiar con la edad. Mientras mayor sea un niño, menor será el espacio que requiere (en términos de sistemas), dejando más espacio para el almacenamiento de la información y para el procesamiento de otras capacidades cognitivas (Bjorklund, 1995).
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Los cambios de conducta que se observan en el último trimestre son más sutiles y son signos de maduración estructural y funcional (Carlson, 2000).
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La adquisición de muchas habilidades cognitivas, como el lenguaje, están mediadas por la memoria, integradora de pensamientos, impresiones y experiencias; su dimensión temporal la distingue de los sentimientos y las emociones (Mesulam, 2000)
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Ttanto en niños como en adultos el cerebro tiene capacidad de adaptación y cambio (Stiles, 2000)
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La diferencia fundamental entre el cerebro de un niño y el de un adolescente está en el mayor número de conexiones nerviosas en el cerebro de este último (Shaw y cols., 2006; Sowell y cols., 2003).
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El cerebro realiza una secuencia ordenada y sistemática de desarrollo a nivel estructural y funcional que reflejan los cambios cognitivos y comportamentales que caracterizan el paso del
niño de la infancia a la adolescencia. No todas las funciones cognitivas se desarrollan paralelamente y esto coincide con la variabilidad en los picos máximos de maduración en las diferentes
áreas corticales -
La plasticidad cerebral, característica de la edad temprana, compite con una mayor vulnerabilidad cerebral. Es decir, el cerebro es más susceptible al daño cerebral global en las etapas iniciales del desarrollo (Anderson y cols., 2005).
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El desarrollo del sistema nervioso ocurre en etapas coordinadas y sincronizadas que inician en la etapa embrionaria y se continúan después prolongándose aun hasta la adultez. (Lenroot y
Giedd, 2006). -
El crecimiento dendrítico, visible cerca de los 7 meses de gestación, ocurre a una velocidad menor a la observada en el crecimiento axonal y generalmente inicia ya que las células nerviosas
alcanzaron su ubicación final. El desarrollo dendrítico continúa posnatalmente y es afectado por la estimulación ambiental después del nacimiento (Teeter Ellison y Semrud-Clikeman, 2007) -
La memoria es una de las funciones cognitivas más complejas y por tanto más sensibles al daño cerebral (Ardila y Rosselli, 2007). La adquisición de muchas habilidades cognitivas, como el lenguaje, están mediadas por la memoria, integradora de pensamientos, impresiones y experiencias; su dimensión temporal la distingue de los sentimientos y las emociones (Mesulam, 2000).
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A medida que el cerebro madura no solo las áreas cerebrales encargadas del reconocimiento de rostros se hacen más grandes, sino que en aquellas conexiones que median la identificación de expresiones emocionales también aumenta la mielinización, volviéndose con ello más eficientes. Estos cambios estructurales
y funcionales se correlacionan con una mayor habilidad perceptual y con un mayor control emocional (Rosselli y Matute, 2008). -
La orientación del estímulo se observa a partir de los 3 o 4 años de edad. Antes de los 4 años los niños son diestros en la identificación de objetos y rostros, independientemente de su orientación espacial.
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Rosselli M. Matute E. Ardila A. (2010) Sección I: Introducción y sección II. Desarrollo cognitivo y maduración cerebral en Neuropsicología del desarrollo infantil. Ed. Manual Moderno. México, D.F. págs. 16-76