-
El lunes 3 de marzo de 2008, Jenie García enfrentaba uno de los días más importantes y desafiantes de su vida: traerme al mundo. Yo, Hazel Elizabeth Cáceres García, nací en Amatitlán, Guatemala.
-
Unos meses después, el 17 de junio, ella tomó la decisión más valiente: convertirse en madre soltera. Decidió enfrentar la vida sin mi despreocupado padre, dedicándose por completo a mi hermano Emilio y a mí.
-
Mi primer día en pre-kínder fue emocionante, pero también algo dramático. Según mi abuelita, ella lloró más que yo al dejarme en la escuela. Sin embargo, para mí fue el inicio de un mundo fascinante.
-
En esta etapa, obviamente comienzan las amistades, siendo en mi caso la más antigua Geovanni Reyes.
-
Durante preprimaria también tuve experiencias memorables, como cuando me fracturé el brazo izquierdo. Aunque incómodo, ir al colegio con un yeso se convirtió en una anécdota divertida que recuerdo con cariño.
-
En 2015, comenzó mi etapa en primaria. Los retos académicos crecieron, pero también las amistades y las experiencias.
-
Aproximadamente en estas fechas conocí a la persona que me enseño el significado de la amistad, Dania Mayarí, mi mejor amiga.
-
Mi hermano Emilio ingresó a la Escuela Municipal de Marimba de Amatitlán, y al año siguiente, yo también me uní.
-
El viernes 13 de marzo de 2020, mis compañeros y yo nos despedimos con un simple “¡Nos vemos el lunes!”, sin imaginar que ese lunes nunca llegaría. La pandemia de COVID-19 trajo consigo una pausa forzada.
-
Fueron tres años de encierro, clases en línea, ausencia de contacto social y un cúmulo de emociones negativas: miedo, ansiedad, incertidumbre y tristeza. Sin embargo, también aprendí a valorar cosas que antes daba por sentado, como la convivencia diaria y los momentos simples fuera de casa.
-
Mi familia recibió una noticia que iluminó nuestras vidas: mi hermano mayor, Milton David, sería padre. Mi sobrina llegó como un rayo de alegría. Ella se convirtió en la consentida de la casa y nos enseñó a todos una nueva forma de amar.
-
El regreso a clases presenciales en 2023 fue un respiro después del encierro.
-
Ese año, cursé tercero básico, una etapa que marcó el cierre de un ciclo y el inicio de decisiones importantes. Elegir qué carrera estudiar fue un reto.
-
Mi graduación fue especialmente emotiva, pues tuve el honor de dar el discurso de despedida. Cada palabra que pronuncié estuvo cargada de gratitud, nostalgia y amor por quienes habían sido como una segunda familia.
-
En 2024, ingresé al IMB-PC. Aunque al principio fue abrumador, pronto conocí a mis nuevos compañeros de aventuras: Ernestina, Nicolle, Ansony y Harlan.
-
Viví una de las experiencias más inolvidables de mi vida: asistí al concierto de mis artistas favoritos. Fue un día cargado de emociones, en el que grité, canté y lloré. Fue una liberación emocional que me ayudó a superar muchos sentimientos reprimidos. Morat, ellos son mi refugio en los días más difíciles.
-
Este día, luego de mucha postergación, finalmente se decidió llevar a cabo mi sesión de 15 años, con ya casi 17 encima, pero fué una experiencia familiar muy memorable.
-
Ahora, en 2025, afronto mi último año en el colegio. Es un periodo lleno de emociones encontradas: alegría, nostalgia y algo de incertidumbre. Este año marca el final de mi adolescencia y el inicio de una nueva etapa. Aunque el futuro me asusta un poco, estoy aprendiendo a aceptarme, a cuidar de mí misma y a tomar decisiones que me lleven hacia mi felicidad.