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el cristianismo queda despenalizado y los cristianos adquieren cada vez mayor poder y protagonismo en la vida pública romana, llegando algunos a formar parte del círculo de colaboradores de Constantino I.
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En este se fijaran algunos de los dogmas fundamentales del cristianismo y se condenará el arrianismo.
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representa el dominio de la llamada dinastía de Constantino. Las principales figuras son las de Constancio II y Juliano el Apóstata. Son años en los cuales el poder imperial adquiere rasgos más marcadamente protobizantinos.
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viajó a Hipona para buscar a un posible candidato a la vida monástica, pero durante una celebración litúrgica fue elegido por la comunidad para que fuese ordenado sacerdote, a causa de las necesidades del obispo Valerio de Hipona.
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La actividad episcopal de Agustín fue enorme y variada. Predicó y escribió incansablemente, polemizó con aquellos que iban en contra de la ortodoxia de la doctrina cristiana de aquel entonces, presidió concilios y resolvió los problemas más diversos que le presentaban sus fieles.
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comprende lo que se conoce como dinastía valentiniano-teodosiana, continuada a través de enlaces matrimoniales y afectivos por Teodosio el Grande.
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abandonó el monasterio de laicos y se instaló en la casa episcopal, que transformó en un monasterio de clérigos.
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En el siglo V un período en el que el Bajo Imperio romano está sometido a fuertes tensiones internas y a la presión de las tribus bárbaras, que terminarán por provocar el desmoronamiento de la parte occidental de forma definitiva a finales del siglo V.
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en los dos últimos como presidente y en los cuales se sancionó definitivamente el Canon bíblico que había sido hecho por el papa Dámaso.
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Agustín murió en Hipona el 28 de agosto de 430 durante el sitio al que los vándalos de Genserico sometieron la ciudad durante la invasión de la provincia romana de África.
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Éste último y el fundador de la dinastía, Valentiniano I, son las figuras dominantes de la época desde el punto de vista político-militar. Fue una dinastía fundada por soldados de profesión, pero con estrechas relaciones con los otros grupos dirigentes del Estado, que rigió los destinos del Imperio hasta mediados de la siguiente centuria y, por lo tanto, en el transcurso de toda la vida de San Agustín.