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En las bibliotecas de la época (Asurbanipal, Ebla, Alejandría y Pérgamo, etc.) ya existían los catálogos como listas descriptivas y ordenadas para inventariar las colecciones y ordenarlas según una metodología muy rudimentaria hecha en tabletas de arcilla con:
- El título de cada obra.
- Una breve descripción formal del documento que recogía el número de tabletas o de líneas que ocupaba,
- Una rudimentaria signatura, que señalaba el lugar que ocupaba ese documento en la biblioteca. -
Calímaco (310-240 a.C.) redactó "Pinakes", un catálogo compuesto por 120 volúmenes, los cuales estaban divididos en géneros literarios (épica, lírica, tragedia, comedia, filosofía, medicina, retórica, legislación y miscelánea). Y dentro de cada uno los nombres de los autores y los títulos de las obras ordenados alfabéticamente con las fechas de creación, la extensión del texto, describía si estaba contenido en uno o más rollos o si formaba parte de un rollo que contuviese otra obra. -
Durante la Alta y Baja Edad Media, comienza a desarrollarse la biblioteconomía, entendida sólo como el arte de conservar los tesoros de aquellas bibliotecas y los catálogos como medio imprescindible para el control de los fondos documentales. Por ejemplo, la localización de los libros, se resolvió hasta el siglo XIV y el orden alfabético para su búsqueda hasta el siglo XVI.
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A mediados del siglo XVI es cuando se comienza a observar, los primeros "intentos" de implantación de rudimentarias normas de catalogación. En España, destaca Hernando Colón, quien para tratar de racionalizar el uso de su biblioteca (el número de obras que poseía llegó a ser de más 15.370 obras), estableció unos criterios de catalogación con la implementación de catálogos, repertorios e índices. (El Abecedarium B) -
Redactado por Jean-Baptiste Massieu en 1791, con el objetivo de inventariar los fondos de las bibliotecas confiscadas por el Gobierno instaurado por la Revolución Francesa y conformar un gran catálogo general que garantizar la uniformidad en la catalogación de las colecciones nacionales.
Esta consiste en:
- la clasificación por autores
- el encabezamiento de autor
- reglas concretas para el acceso al documento y para su localización
- forma documental: catálogo en forma de fichas. -
Charles Coffin Jewett
las primeras reglas americanas para asiento de autor, con sugerencias para una lista complementaria de materias, con
el fin de que fueran adoptadas en la redacción de los catálogos por las bibliotecas públicas de Estados Unidos, además de que proyectaba como meta final una bibliografía universal formada por la suma de todos los catálogos nacionales de acuerdo con sus reglas. -
Antonio Panizzi publica con el fin de organizar el caos imperante en los fondos del Museo Británico, el primero de los códigos modernos: las primeras reglas para la compilación del catálogo de libros impresos, mapas y materiales musicales del histórico centro. -
Redactadas en 1886 por Charles Ami Cutter; código que permitía
redactar un registro bajo autor, título y materia. Tenía tres partes: entradas de los asientos (autores, títulos, materias y formas); forma de los asientos, de la descripción y de la ordenación alfabética, y catalogación de materiales especiales (manuscritos, música, mapas). Aunque se ideó como un código nacional su influencia en el mundo anglosajón, especialmente el americano, ha sido importante. -
Su creación surgió en base a las reglas de Jewett, y aplicadas en las bibliotecas universitarias de Prusia y en las bibliotecas alemanas y austriacas. Su finalidad también era la creación de un catálogo colectivo unificado en lengua alemana.
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Por iniciativa de Melvin Dewey en 1904 se llevó a cabo una cooperación entre la Asociación Bibliotecaria Inglesa y la Asociación Bibliotecaria Americana con el fin de crear un código angloamericano de catalogación uniforme común a toda la población de habla inglesa.
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redactado en 1931 por la Biblioteca Apostólica Vaticana, a partir de las Regole italianas de 1911 y completadas con el Código Angloamericano de 1908.
Las 500 reglas de este código se consideran como el más importante esfuerzo realizado para sintetizar las prácticas europeas y norteamericanas en materia de catalogación, pero su traducción inglesa, aparecida hasta 1958, le mermó su influencia internacional. -
Se realizó con el objetivo de definir las funciones de la catalogación y por lo tanto del catálogo, que debe ser un instrumento eficaz que permita fomentar un libro determinado por:
- Su autor y su título
- No autor sólo el título.
- Si el autor y el título no son apropiados o son insuficientes para la identificación, por un sustituto del título.
- Debe permitir igualmente señalar qué obras de un autor determinado y qué ediciones de una obra determinada están en la biblioteca. -
En la Conferencia de París, se creó el programa básico de la IFLA, programa a largo plazo (CBU), el cual pretende, que cada servicio nacional de catalogación, asumiera la responsabilidad de adquirir
las nuevas publicaciones editadas en su territorio, las catalogara y las distribuyera a otros países. -
Con la necesidad de una normalización , el comité de catalogación de la IFLA , adopto la descripción bibliográfica internacional normalizada
La revisión de las reglas anglo-americanas se baso en sugerencias de la ISBD y adoptaron en la mayoría de las bibliotecas. -
Se creó con el fin de permitir que diferentes bibliotecas y organizaciones, con sistemas iguales, similares o completamente diferentes, puedan transmitirse registros entre ellas para ser usados en un sistema automatizado. -
Código español que sustituye al AACR2. Creado para describir y dar acceso a recursos para el mundo digital. Creado para bibliotecas pero facilitando la interoperabilidad con archivos y museos