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Regalado Mendoza Marta Yanet.
3ºI T.V -
En su filosofía, Anaximandro coincide con Tales de Mileto en defender que existe un solo principio básico (arjé o arché) como generador de todas las cosas, al que Anaximandro llamó ápeiron (lo indefinido o indeterminado): una sustancia indeterminada, ilimitada e infinita, que es a la par eterna. Todos los seres del universo se derivan de él y están sujetos a nacimiento y desaparición por la fuerza de los contrarios presentes en ellos: caliente y frío, húmedo y seco, etc.
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Anaxímenes afirmó que el principio material y primero, el
origen de todas las cosas (arché) era el aire, sustancia sensible, pero que raya en lo incorporado. Explica el origen de todas las cosas a partir de un doble proceso por el que el aire se modifica: rarefacción, que da origen al fuego, y condensación, del que se derivan las nubes, el agua, la tierra y las rocas. -
Mientras casi todos sus predecesores y coetáneos (desde los filósofos milesios Tales, Anaximandro y Anaxímenes hasta Heráclito y los eleatas Jenófanes y Parménides) buscaban el arjé o principio constitutivo de las cosas en sustancias físicas (el agua, el aire, el fuego, la tierra ), los pitagóricos vieron tal principio en el número: las leyes y proporciones numéricas rigen los fenómenos naturales, revelando el orden y la armonía que impera en el cosmos.
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Parménides realiza un análisis del «ser» o «lo ente» que le lleva a negar la pluralidad y el movimiento. Esto es así porque el ser no puede ser engendrado, pues en ese caso él mismo no sería el arché (principio) de todas las cosas; no puede cambiar, porque en ese caso devendría una cosa distinta de lo que es, es decir, no-ser, y el no-ser es inconcebible; tampoco puede estar dividido, pues entonces debería estar separado por algo distinto de sí mismo, lo que implicaría de nuevo el no-ser.
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Es el principal representante del eclecticismo pluralista que intentó conciliar las tesis contrapuestas de las dos grandes figuras de la filosofía presocrática, Parménides y Heráclito. Anaxágoras postuló como arjé o principio constitutivo de las cosas una pluralidad de partículas materiales inmutables, las homeomerías, que, por acción de un nous o inteligencia ordenadora, pasó de un caos original a constituyen la multiplicidad de seres observables en el mundo físico.
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Zenón de Elea no elaboró una doctrina propia, sino que se limitó a defender la de su maestro Parménides.
De hecho, Zenón fue el inventor indiscutible del razonamiento paradójico. No demostró directamente la tesis del maestro, sino que, de forma más sutil, confutar las confutaciones; es decir, demostraba que la opinión de sus detractores desembocaba en conclusiones todavía menos aceptables que las suyas. -
Representa la primera tentativa de armonizar ambas posturas, intento que secundaron Anaxágoras y los atomistas; todos ellos aspiraron a una síntesis ecléctica proponiendo como arjé una pluralidad de elementos o partículas que, dentro del devenir, probablemente su inmutabilidad. En sus obras, Empédocles comienza, como Parménides, presentando la necesidad y perennidad del ser; su originalidad consiste en conciliar dicha necesidad con el devenir, con el transcurrir de todo.
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Heráclito explicó la práctica totalidad de los fenómenos naturales que se atribuyen al fuego el papel de constituir común a todas las cosas y causa de todos los cambios que se producen en la naturaleza.
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Para Demócrito, todo cuanto hay en la naturaleza es combinación de átomos y vacío: los átomos se mueven de una forma natural e inherente a ellos y, en su movimiento, chocan entre sí y se combinan cuando sus formas y demás características lo permiten; las disposiciones que los átomos adoptan y los cambios que experimentan están regidos por un orden causal necesario.
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