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Sócrates no dejo escritos, en Ética nos dejó dos grandes principios: el autoconocimiento (conócete a ti mismo) y la autenticidad (guarda la coherencia entre lo que piensas, lo que dices y lo que haces).
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El bien supremo, al cual debe tender todo comportamiento moral, es la bondad y ella es el objetivo natural de todo lo existente. La virtud, concebida como el orden espiritual y la armonía del alma, es el presupuesto indispensable de la felicidad.
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La felicidad consiste en las virtudes del alma, tanto las morales (fortaleza, templanza, justicia, liberalidad, magnificencia, magnanimidad, honorabilidad, mansedumbre, sociabilidad, jovialidad y sana vergüenza) como las intelectuales (arte, ciencia, sabiduría, prudencia, comprensión e intuición)
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Los autores estoicos afirmaban que la norma fundamental de moralidad es obrar conforme a la naturaleza y, puesto que la naturaleza obra razonablemente (ley natural), lo moral consiste en obrar conforme a la razón que es la misma ley divina.
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Los actos no deliberados no son calificables moralmente. Los actos realizados bajo grave ignorancia, violencia, miedo y los actos mecánicos, instintivos, que podríamos llamar “actos del hombre” son acciones que al no poseer intencionalidad libre carecen de referencia ética y por lo tanto no se puede calificar ni como buenas ni como malas en la esfera de lo moral.
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El criterio último de la moralidad es la utilidad pues ella está ligada al sentido común (sensus communis) que vela por lo bueno o grato para si y para los demás. Formar un sentimiento moral es hacer que las pasiones se tornen mas moderadas, sutiles e inclusivas.
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Voluntad es la capacidad de apetecer y lo único bueno en si mismo moralmente es una buena voluntad, la cual consiste en una voluntad que se determine por la razón y no por la sensibilidad, la felicidad o algo externo.
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Lo moral es lo útil a la colectividad, por eso cuando se ayuda a otros sobreviene la satisfacción moral. El único válido para juzgar la verdad o la bondad de toda doctrina científica, moral o religiosa son sus efectos prácticos.
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La lucha de clases y el exterminio de todo lo que se oponga a la dictadura del proletariado, único capaz de eliminar la explotación capitalista y abrir el camino a la sociedad comunista ideal.
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La moral es una cuestión de rango o quizás de raza; la compasión, la mansedumbre, entre otras, son debilidades despreciables. La clave de su filosofía es la voluntad de poder. Lo que vale es la dureza, el orgullo, la fe en sí mismo.
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Lo bueno y lo malo lo establece el organismo social de cada localidad y lo impone a través de un aparato de presión que es más fuerte y severo cuanto más grave y drástica sea la convención humana.
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Lo bueno es todo aquello que desarrolle el proyecto vital que cada hombre libremente se proponga, pero como ese proyecto no tiene base ontológica primigenia sino que es un constructo existencial diario carece como tal de firmeza y de sentido.
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La razón pública es la forma en que se formulan planes, se fijan prioridades y se toman decisiones dentro de una sociedad. Esta razón es pública por tres motivos: es la razón del público, su objeto es el bien público y su parámetro es la concepción política de la justicia de la sociedad.
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Los problemas morales, ideales de vida, el bien, el deber, el egoísmo, la política, la justicia y el libre albedrio, están al examinar la validez de los cánones morales más comúnmente proclamados.
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Construir unos valores fundamentales comunes que sirvan de lugar público donde se puedan hacer las reglas básicas de la convivencia y establecer unos consensos mínimos de convivencia
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Ama a tu prójimo como a ti mismo, lo cual significa adoptar el punto de vista del universo sin negar que en nuestra finitud vayamos poco a poco extendiendo nuestro circulo de preocupación: yo, mi entorno inmediato, mi entorno amplio, el universo.
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La comunidad más que el individuo, el Estado, la nación o cualquier otra entidad, es y debe ser el centro de nuestro sistema de valores.
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La política debe ser una consecuencia de la moral y esta debe articularse políticamente, pero esta articulación política de la moral solo es posible mediante el prerrequisito procedimental de la acción comunicativa, explicada.