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La Edad Antigua es la época histórica que coincide con el surgimiento y desarrollo de las primeras civilizaciones . Aquí, los niños eran un trabajador más, se educaban en la caza y las niñas aprendían el arte del cuidado y en la adolescencia se cazaban a temprana edad con las personas que los padres decidían. -
En la edad antigua la educación era rígida y fuerte, era impartida por el padre hasta los 7 años, después ingresaban a un internado donde eran entrenados para la milicia. El contenido de la educación se basó principalmente en la enseñanza de los artes liberales y las doctrinas cristianas. -
Los hijos de la nobleza eran pajes desde los 7 a 14 años, después eran escuderos y a los 21 años recibían el cargo de caballeros, Su formación y entrenamiento era :
El manejo de arco, lanzas y lucha con espadas o cuerpo a cuerpo. Las niñas recibían información de cómo comportarse en la vida social, hacer bordados y aprendían a leer para que pudieran dedicarse al estudio de libros religiosos, y decidirse por ser esposa de un caballero o profesar en un convento de por vida. -
La infancia en la Edad Media carecía de importancia, los niños y niñas eran vistos como seres pecadores llenos de maldad y por lo tanto los adultos no presentaban el más mínimo interés en el desarrollo físico y mental de éstos. Las niñas no eran tomadas en cuenta, su objetivo de vida era crecer sumisa a los hombres. -
En la etapa infantil el aporte de los padres era esencial. Éstos tenían que respetar las etapas progresivas del niño. Ya en el siglo XVI se aconsejaba que la educación fuera pública y gratuita.
Hasta ahora era la iglesia la que monopolizaba la enseñanza, pero ahora esta institución va perdiendo influencia a favor del Humanismo. Los estudios ahora se centrarán en el Hombre, serán más reflexivos y prácticos con la intención de formar al estudiante como un individuo libre. -
La actitud moderna hacia los niños emergió a finales del siglo XIX; las clases altas y medias victorianas enfatizaron el rol de la familia y la inviolabilidad del niño, una actitud que desde entonces ha permanecido dominante en las sociedades occidentales.