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Aristóteles argumenta que la virtud moral, el equilibrio entre extremos viciosos, es esencial para una vida ética y plena. Este enfoque en la formación del carácter y en la adquisición de virtudes como la valentía, la moderación, la justicia y la amistad, es fundamental para alcanzar la eudaimonia
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Protágoras defendió un relativismo del conocimiento y de los valores, esto es, negó que existieran valores y verdades universales para todos los hombres. No hay verdades objetivas, absolutas y universales, sino que las cosas son tal y como son percibidas por cada uno de nosotros
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Sócrates es considerado el padre de la Ética, pues introduce el término moral intelectual ARETÉ, afirmando que se puede definir y mostrar a los demás. Para el la virtud es la disposición última y radical del hombre, aquello para lo cual ha nacido propiamente, y esa virtud es la ciencia.
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La ética de Demócrito se basa en el equilibrio interno, conseguido mediante el control de las pasiones por el saber y la prudencia, sin el recurso a ninguna idea de justicia o de naturaleza que se sustraiga a la interacción de los átomos en el vacío
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La ética de Platón es eudemonista. Está dirigida al logro del supremo bien del hombre, cuya posesión le proporciona verdadera felicidad. El bien supremo del hombre es desarrollarse como ser racional y moral, el constante cultivo de su alma, el bienestar general y armonioso de su vida.
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La proposición más básica de la ética epicúrea sostiene que el placer es principio y fin de la vida feliz, bien primero y connatural, fundamento de toda elección y rechazo, y principio de evaluación de toda sensación
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La ética kantiana es antiautoritaria y presupone autonomía, esto es, la autolegislación de cada ser humano respecto a su conducta. Ningún imperativo tiene significado moral si el hombre no puede otorgarle su consenti- miento interno y racional
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Desde su enfoque ético la filosofía de Friedrich Nietzsche afirma que cada ser humano tiene la posibilidad, si así lo decide y trabaja duro por ello, de superar la heteronomía e inmadurez para caminar hacia una autonomía ética.
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Bataille permite repensar la ética a partir de una antropología posthumanista y una ética postmoral. En ellas, el individuo y la moral se ven al mismo tiempo anulados y reconfirmados en un movimiento de transgresión y en relación con el mal. Así, Bataille permite tomar posición en contra de las corrientes contemporáneas en la filosofía moral tal como el subjetivismo y el relativismo, frutos de la crisis de la moral desde Nietzsche.