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ENTORNO ECONÓMICO
Los franceses disfrutan de un alto nivel de vida. Durante mucho tiempo, esta "crisis" no impidió un crecimiento significativo, y mantener la economía a nivel mundial envidiable, pero desde el decenio de 1980, los temas de "declive" y el temor de la competencia extranjera han sido mucho más importantes, mientras que los indicadores económicos son cada vez más alarmante. -
ENTORNO CULTURAL
Se establecen los derechos fundamentales de los ciudadanos franceses y de todos los hombres sin excepción, no se refiere a la condición de las mujeres o la esclavitud, aunque ésta será abolida por la Convención el 4 de febrero de 1794. Es considerado un documento precursor de los derechos humanos a nivel nacional e internacional. No fue hasta que Olympe de Gouges, en 1791, proclamó la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana que las mujeres entraron. -
ENTORNO INDIVIDUAL
La Declaración tiene un alcance general y orientado hacia el futuro. Los Constituyentes enumeran los "derechos inherentes a la naturaleza humana", que no son derechos creados por los revolucionarios, sino que son derechos constatados. Es la consecución de la filosofía del Siglo de las Luces. El artículo 2 enumera los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Los Constituyentes enumeran los "derechos inherentes a la naturaleza humana", que no son derechos creados por los revolucionarios, -
ENTORNO SOCIAL
1) El clero: era la primera de las clases sociales privilegiadas.2) La nobleza: formada personas análogo al del clero, que poseían tierras de parecida importancia y extensión.3) En El Tercer Estado se distinguían distintas categorías, alguna de las cuales habían logrado privilegios. La capa superior del estado llano era la burguesía; la inferior, los obreros y campesinos. -
ENTORNO POLÍTICO
La Declaración establece los principios que serán la base de la legitimidad de la nueva sociedad. Cada artículo condena los principios, las instituciones y las prácticas del Antiguo Régimen: “El principio de toda soberanía reside esencialmente en la nación”. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano considera legítima la revuelta de los diputados en contra de la monarquía, al declarar como derecho imprescriptible del hombre la “resistencia a la opresión.
