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A los 18 años, Chicharito entra por primera vez con el Rebaño Sagrado. Anota gol en su debut. Nace la promesa.
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Rompe redes con sus goles, velocidad y humildad. La afición lo empieza a comparar con Hugo Sánchez.
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Entra y mete gol. No es broma: ¡el balón le rebota en la cara y entra! La suerte de los cracks.
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Sir Alex Ferguson lo ve y dice: “Lo quiero en mi equipo”. Primer mexicano en jugar con los Red Devils.
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Le mete gol al Chelsea, al Marseille, al Valencia, ¡a todos! México entero despierta de madrugada solo para verlo jugar.
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Llega al club más grande del mundo. Mete un golazo que clasifica al Madrid en Champions. “¡Sí se puede, Chicharito!”, gritan en todo México.
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Brilla en el Bayer Leverkusen, West Ham, Sevilla y LA Galaxy. En todos deja huella. Siempre anotando.
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El hijo pródigo vuelve a casa. Las entradas se agotan, la afición llora. Ya no es promesa, es leyenda.