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Con sólo tres o cuatro dependencias
para auxiliar administrativamente al titular del Órgano o Poder Ejecutivo (ya estuviese
encargado a un Emperador o a un Presidente, o en circunstancias excepcionales, a un
órgano colegiado, como lo fueron la Regencia del Imperio o los Triunviratos existentes
durante los inicios de la República. -
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La administración pública mexicana “centralizada”
empezó a restablecer algunas dependencias encargadas de cumplir con las funciones que caracterizan a lo que algunos estudiosos denominan “Estado de Fomento”, con la
idea de volver a apoyar, desde el gobierno, la incipiente actividad industrial del país. -
El ámbito de la “administración centralizada”,
de nuevos órganos o dependencias, como lo fue el Departamento del Trabajo, establecido por el Presidente Francisco I. Madero dentro de la estructura orgánica de la Secretaría de Fomento, o bien por medio del establecimiento de nuevas “Secretarías de Estado” o de los “Departamentos Administrativos" -
Mexico contaba con un amplio sector administrativo “paraestatal”, fortalecido, sólo faltaba incorporar a su estructura administrativa
centralizada una dependencia encargada de la Planeación del Desarrollo, con el establecimiento de la que entonces se llamó Secretaría de la Presidencia. -
Se buscaba que ahora fuese “el Mercado” el principal promotor y regulador de la actividad económica, tanto a nivel nacional como internacional. En este nuevo “modelo” o “paradigma” administrativo público se consideraba preferible la actuación de la “mano invisible del Mercado” a la “desastrosa mano visible del Estado”.
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En el período de gestación de una nueva etapa del desarrollo evolutivo de la administración pública, tanto centralizada como paraestatal, que podría concebirse como un intento de conciliación o nuevo equilibrio entre el “Estado” y el “mercado”, como los dos principales motores del desarrollo económico y social del país para las próximas décadas.