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Nació en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria
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El colegio de San Agustín es un colegio grande para los hijos de las clases pudientes. Se encuentra en el mismo edificio donde los jesuitas tuvieron su instituto.
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Galdós, que ya había empezado a colaborar en la prensa local con poesías satíricas, ensayos y algunos cuentos, obtuvo el título de bachiller en Artes en 1861, en el Instituto de La Laguna (Tenerife)
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Llegó a Madrid en septiembre de 1862, se matriculó en la universidad y tuvo por profesores a Fernando de Castro, Francisco de Paula Canalejas, Adolfo Camús, Valeriano Fernández y Francisco Chacón Oviedo. En la universidad conoció al fundador de la Institución Libre de Enseñanza, Francisco Giner de los Ríos, que le alentó a escribir y le hizo sentir curiosidad por el krausismo, filosofía que se deja sentir en sus primeras obras.
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Fue casi tan fecundo periodista como narrador y desde mucho antes, ya en su etapa canaria. Fundó en 1862 el periódico La Antorcha
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En 1869 vivía en el barrio de Salamanca, en la calle Serrano número 8, con su familia, y leía con pasión a Balzac mientras formaba parte de la redacción de Las Cortes. Al año siguiente (1870), gracias a la ayuda económica de su cuñada,20 publicó su primera novela, La Fontana de Oro, escrita entre 1867 y 1868 y que, aun con los defectos de toda obra primeriza, sirve de umbral al magno trabajo que como cronista de España desarrolló luego en los Episodios nacionales.
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Su sexta novela.
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La carrera parlamentaria de Galdós comienza cuando en 1886 y habiéndose aproximado el escritor al Partido Liberal, su amistad con Sagasta le llevó a ingresar en el Congreso como diputado por Guayama (Puerto Rico). El escritor nunca llegaría a visitar su circunscripción antillana, pero su obligada asistencia a las Cortes.
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Tomó posesión el 7 de febrero de 1897 con el discurso titulado La sociedad presente como materia novelable. Le respondió, en nombre de la corporación, Marcelino Menéndez Pelayo.
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En el último periodo de su vida, Galdós repartió su tiempo entre los compromisos políticos y la actividad como dramaturgo. Sus últimos años estuvieron marcados de modo progresivo por la pérdida de la visión y las consecuencias de sus descuidos económicos y tendencia a endeudarse de forma continua, aspectos íntimos que el entonces joven periodista Ramón Pérez de Ayala, aprovechándose de su interesada amistad con el viejo escritor. Muere en Madrid, a la edad de 77 años