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Levantamiento popular contra reformas ilustradas. Refleja resistencia al cambio y atraso económico-social.
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Intentos de modernización política y económica. Fracasaron muchas veces por la inestabilidad.
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Aunque positiva, dejó al sur italiano (Mezzogiorno) rezagado en infraestructura y desarrollo frente al norte.
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Supuso cierta estabilidad política, pero no logró una industrialización comparable con el norte de Europa.
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Pérdida de las últimas colonias. Marcó la decadencia imperial y un estancamiento económico.
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Régimen autoritario que duró hasta 1974. Su política económica conservadora frenó el desarrollo.
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Destruyó la economía e infraestructuras. Provocó una fuerte regresión económica.
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Italia y Grecia sufren destrucción masiva. Sus economías quedaron devastadas tras la guerra.
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Reciben ayuda estadounidense para la reconstrucción. Fue clave para la recuperación.
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Millones emigran desde el sur al norte de Europa. Alivia la presión demográfica, pero evidencia el atraso.
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Liberaliza la economía franquista. Abre las puertas al desarrollo económico y al turismo.
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Rápido crecimiento industrial, especialmente en el norte. El sur no logra el mismo ritmo.
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Caída del régimen salazarista. Inicio de la democratización y apertura económica.
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Integra su economía al mercado europeo. Recibe fondos para modernización.
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Impulso a las infraestructuras, exportaciones y políticas de cohesión.
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Italia, España, Grecia y Portugal adoptan el euro. Mayor integración, pero también vulnerabilidad.
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Modernización de infraestructuras, pero gran aumento de la deuda pública.
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Golpea con fuerza al sur europeo por su dependencia del crédito y la construcción.
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Grecia entra en bancarrota. Rescates financieros, recortes y alto desempleo en varios países del sur.
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Barcelona, Lisboa o Milán crecen como hubs tecnológicos y de innovación. Avanza la recuperación post-crisis.