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Cuando en 1808 el soberano fue depuesto por Napoleón, Chile cayó bajo el despótico dominio del gobernador Francisco Antonio García Carrasco. Gobernando con apoyo de una facción española, pronto se enajenó a la aristocracia criolla. Su reacción ante la Revolución de Mayo en Buenos Aires fue aplicar mayor represión. el cabildo de Santiago intentó deponer al gobernador por la fuerza. La audiencia lo depuso el 16 de julio de 1810 y lo reemplazó por Mateo de Toro Zambrano.
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los porteños pasaron al Alto Perú en octubre de 1810 a través de Andes al altiplano. Victoria de Suipacha (7 de noviembre de 1810): abrió Potosí y generó entusiasmo revolucionario. Pronto todo el Alto Perú, chuquisaca, Cochabamba, Oruro y la Paz se declaró a la Revolución. El jefe de tropas era Antonio González Balcarce en realidad el poder estaba dividido y quien se puso al frente del Ejército fue Castelli.
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Frente al general realista Goyeneche, el ejército patriota se desintegró sin apenas combate. saqueos pero con pocas pérdidas para los porteños, sí hubo una masacre cuando el pueblo de Potosí se levantó ante los porteños a su regreso. descrédito total de la expedición, desconfianza de los altoperuanos por haber robado el contenido de la Casa de la Moneda. Para los altoperuanos, la expedición significó represión, saqueo y fracaso militar, no significó nada, sino el robo de su plata.
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Tras la victoria en Salta (1813) del Ejército Auxiliar, Belgrano enfrentó al general realista Joaquín de la Pezuela, quien lo derrotó en dos batallas (Vilcapugio y Ayohuma). Belgrano llegó a planear un atentado con explosivos en la Casa de la Moneda de Potosí, desesperación del ejército porteño. Los realistas, confiados, avanzaron hacia Tucumán, pero esta vez fueron derrotados por San Martín, quien trasladó la estrategia hacia Chile y el Pacífico
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las guerrillas estaban muy activas y los realistas sufrían distracciones en Perú por la rebelión de Pumacahua, Rondeau carecía de disciplina y mando. Pezuela lo derrotó con facilidad en Sipe Sipe (29 de noviembre de 1815), aseguró la reconquista española del Alto Perú. Rondeau quedó sin ejército, y sólo continuaron las guerrillas. Tras 1815, los españoles pudieron usar el Alto Perú como base de operaciones para nuevas incursiones en el Río de la Plata.