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Un grupo de rescatistas encuentra a un perro en situación de calle. Se evalúa su estado y se decide llevarlo a un lugar seguro.
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El perro es transportado al veterinario para un chequeo inicial. Se le proporciona agua y comida durante el trayecto.
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En la clínica veterinaria, se realiza un examen completo del animal. Se evalúan su salud, vacunaciones y se le realizan pruebas necesarias.
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Durante su recuperación, el perro es socializado y, si es necesario, se le enseña a comportarse adecuadamente para facilitar su adopción.
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Una vez que el perro está saludable y listo, se promueve su adopción a través de redes sociales, eventos de adopción o en refugios.
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Una familia interesada en adoptar la mascota lo conoce y decide llevarlo a su hogar. Se completa el proceso de adopción, que puede incluir la firma de un contrato
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La familia lleva al animal a su nuevo hogar, donde se le proporciona un ambiente seguro y amoroso. Se le da tiempo para adaptarse a su nuevo entorno.
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Se realiza un seguimiento para asegurarse de que la mascota se esté adaptando bien y recibiendo la atención adecuada.