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los humanos son llamados al mismo fin, para relacionarse entre sí y fraternal entre sí y tener el amor inseparable de dios
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la persona necesita vida social para existir y para sobrevivir en general y para aprender que el servicio a los demás es la parte más importante de la vida.
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una sociedad es un conjunto de personas que están juntas para ayudarse entre sí. se ve la unión visiblemente y espiritualmente. una sociedad mira su pasado y prepara para su futuro y durante ello y cada heredero consigue talentos para poder ayudar a su pueblo y vivir para servir.
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cada comunidad se define por sus metas y obedece las consecuencias por las leyes, pero el que las pone tiene que ser con finn humano. (las leyes y consecuencias.)
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las sociedades pueden clasificar en varias categorías como la familia y la ciudad pero todas de igual manera son necesarias para el hombre y el crecimiento del ser humano de la manera que todos ayudan a crecer en diferentes maneras con fines de crecer económicamente, sociales, culturales, recreativos, deportivos, profesionales y políticos
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la persona también puede presentar peligro para las demás personas en la sociedad, siendo capaz de causar cambios gigantes en el espacio donde viven y cómo piensan en general los habitantes, pero para ello, la iglesia creó un principio llamado subsidiariedad
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dios no ha querido retener el ejército de todos los poderes, y por eso le da a cada criatura las funciones para ejercer según las capacidades de su naturaleza, y de ese modo el gobierno es imitado por la vida.
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El principio de subsidiariedad se opone a toda forma de colectivismo y traza los límites de la intervención del estado para intentar armonizar entre los individuos de la sociedad
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la sociedad es importante para la relación de la vocación humana y para alcanzar ese objetivo es necesitada una justa jerarquía de los valores que tienen las dimensiones “materiales e instintivas.”
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la intervención de los medios y los fines, lleva a dar el valor de fin último a lo que es solo medio para alcanzarlo o a considerar las personas como puros medios para un fin.
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es preciso entonces apelar a las capacidades espirituales y morales de la persona y a la exigencia permanente de su conversión interior para obtener cambios sociales que estén realmente a su servicio.
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Sin la ayuda de la gracia, los hombres no sabrían “acertar con el sendero a veces estrecho entre la mezquindad que cede al mal y la violencia que, creyendo ilusoriamente combatirlo, lo agrava”.
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Existe una cierta semejanza entre la unidad de las personas divinas y la fraternidad que los hombres deben instaurar entre sí.
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Para desarrollarse en conformidad con su naturaleza, la persona humana necesita la vida social. Ciertas sociedades como la familia y la ciudad, corresponden más inmediatamente a la naturaleza del hombre.
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“El principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana” (GS 25, 1).
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Es preciso promover una amplia participación en asociaciones e instituciones de libre iniciativa.
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Según el principio de subsidiariedad, ni el Estado ni ninguna sociedad más amplia deben suplantar la iniciativa y la responsabilidad de las personas y de las corporaciones intermedias.
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La sociedad debe favorecer el ejercicio de las virtudes, no ser obstáculo para ellas. Debe inspirarse en una justa jerarquía de valores.
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Donde el pecado pervierte el clima social es preciso apelar a la conversión de los corazones y a la gracia de Dios. La caridad empuja a reformas justas. No hay solución a la cuestión social fuera del Evangelio.