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Corriente positivista
• La ubicamos entre mediados del S XIX y comienzos del S XX.
• Tiene una postura determinista (natural); enclavada en el orden de la naturaleza.
• En ella impera lo permanente, lo inmutable.
• Le interesan los fenómenos circunscritos sólo al ámbito de la “superficie terrestre”.
• Aplica el método de las ciencias naturales como única vía para cientifizar las sociales.
• Pretende alcanzar mayor neutralidad y rigor científico (acentuar el status científico de la geografía). -
Corriente regionalista, humanista
• La ubicamos entre mediados de S XIX y comienzos de S XX.
• Su postura está enclavada en el historicismo; el conocimiento de lo humano se realiza a través del estudio de casos particulares.
• En ella impera lo excepcional, lo único, lo irrepetible que tiene cada lugar sobre la superficie terrestre. Se considera y se valora la acción humana (posibilismo), frente a lo espontáneo o lo natural.
• Instrumento analítico clave: la observación; su función básica: describir el paisaje y la región. -
Nueva geografía o geografía cuantitativa
• La ubicamos después de la II Guerra Mundial.
• Recupera los argumentos de universalidad y racionalidad (reedita la postura positivista). Se forma como parte del neopositivismo.
• Trabaja con gran cantidad de daos pero, sin relación entre ellos y la explicación que produce.
• Son instrumentos claves para estudiar la distribución espacial de los fenómenos y buscar leyes: el lenguaje matemático y la lógica.
• Construye modelos ahistóricos. -
Geografía crítica
• La ubicamos a partir de los años 60.
• Pone en el centro de su interés al hombre y sus problemas; reinterpreta el espacio: lo concibe como un producto social.
• Incorpora la historia como perspectiva ineludible.
• Propone una mirada global, integradora, y niega la neutralidad de la ciencia; incorporando a sus análisis los conceptos de multicausalidad y de múltiples racionalidades.
• No niega lo natural, lo relativiza.